Voló, voló cual águila persigue su presa, como el viento al pasar por un cañon, voló por un mar de lanzas, espadas, escudos, cuerpos inertes, cuerpos que giraban y danzaban, como si de un baile se tratase, y en perfecta armonía giraba sobre si misma buscando su objetivo, el objetivo que su dueño le había encargo, el objetivo para el que fue diseñada, y al fin lo alcanzó, lo consiguió, ella, la flecha de Caelir, se hundió en el cráneo del caudillo orco Trakgar, esa muerte no significaba el fin de la batalla, tampoco la victoria, pero como decía el refrán élfico,”mata a la abeja reina y aún así la colmena no se marchara, pero tampoco sabrán que hacer”.
Fdo: Chelmick
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